1968: NACEN EL
CONSEJO NACIONAL DE HUELGA Y EL PLIEGO DE LOS SEIS PUNTOS
La
Voz del Anáhuac
Agosto
2017
Entre el 4 y el 6 de agosto se reunieron
representantes nombrados en las asambleas de las escuelas en huelga y
decidieron darle forma al organismo que sería el que coordinara las acciones a
realizar en el movimiento estudiantil que se extendía a la mayor parte de las
instituciones públicas de educación y algunas privadas.
El Consejo Nacional de
Huelga.
Los
representantes o delegados tendrían que nombrarse en asamblea, debían ser
voceros de los acuerdos de la asamblea de su escuela. Sería una dirección
colectiva cuyos integrantes serían revocables y rotativos. Desde el inicio
diversas organizaciones y partidos se acercaron a tratar de utilizar el
movimiento para sus propios fines, por ello se acordó no permitir la
intromisión de ningún partido u organización política. Si algún delegado era
militante de alguna organización, no se permitiría que llevara al pleno del
organismo representativo del movimiento las posturas de su organización, salvo
que estas las avalara la asamblea de su escuela. Pero nadie podía llegar a
nombre del Partido Comunista, la Juventud Comunista, la Liga Espartaco ni de
ninguna otra. Por ello también se acordó (aunque casi no se cumplió) que los
representantes fueran rotativos. Y que fueran tres por escuela, de manera que
se garantizara que lo que se expresara por parte de cada escuela en realidad
correspondiera a los acuerdos de su asamblea general.
Esto también
llevaba la finalidad de que no hubiera “líderes”
visibles, pues esto pondría al movimiento en riesgo que su dirección fuera cooptada
por el estado o reprimida.
Esta
forma de organizarse ya había siendo ensayada en el IPN durante el paro
solidario con huelga de la Escuela de Agronomía Hermanos Escobar en 1967.
Así
nació el Consejo Nacional de Huelga y por estas características pronto se
convirtió en un ejemplo de democracia participativa, pues la máxima autoridad
radicaba en las asambleas generales. Al CNH llegaban los acuerdos y propuestas
de las asambleas de las escuelas en huelga y los acuerdos del CNH debían ser
ratificados o rectificados por las asambleas. Así se acordó el pliego de los
seis puntos, la ruta de las manifestaciones, el contenido de los manifiestos
públicos, la forma en que debía dialogarse, etc.
El Pliego de los Seis
Puntos.
Ya desde
los primeros días se habían configurado algunos puntos: la destitución de los
jefes policíacos, la desaparición del cuerpo de granaderos, indemnización por
los estudiantes muertos o heridos, libertad a todos los estudiantes presos
desde el inicio del conflicto.
Los tres
primeros puntos se conservaron tal cual, pero el punto de libertad a nuestros compañeros
presos se transformó en libertad a todos los presos políticos, porque
finalmente nuestros compañeros presos eran eso: presos políticos. Y porque los
presos del movimiento ferrocarrilero, magisterial, médico, de las luchas
campesinas y de otras luchas también lo son e igualmente era injusto e ilegal
su encarcelamiento.
Y se
agregaron otros dos puntos:
La
derogación de los artículos 145 y 145 bis del Código Penal, pues este era el
instrumento jurídico de que se valía el gobierno para encarcelar a los luchadores
sociales. Los compañeros que fueron encarcelados cuando el ejército invadió el
Politécnico para clausurar el Internado y los comedores estudiantiles en 1956,
Nicandro Mendoza entre ellos, de eso fueron acusados.
Esos
artículos fueron creados en tiempos de la Segunda Guerra Mundial para impedir
acciones desestabilizadoras que pudieran promover agentes fascistas en México.
Nunca se aplicaron en ese sentido.
Paradójicamente se convirtieron en instrumentos fascistoides de
represión. Vallejo y Campa, los más conocidos dirigentes ferrocarrileros
permanecieron más de diez años en la cárcel acusados de “disolución social”, cuando en realidad luchaban por democracia
sindical y mejores salarios.
Y, por
otra parte se agregó también el punto de deslinde de responsabilidades entre
funcionarios del gobierno causantes de la represión. Es decir, no había duda
del papel que jugaron los jefes policíacos y por eso se mantuvo la exigencia de
que fueran cesados. Pero no eran los únicos culpables. Las policías capitalinas
estaban bajo el mando del regente del DF. Pero las policías federales y el
ejército tienen otros mandos: Gobernación, la Defensa Nacional y la propia Presidencia
de la República.
No
estábamos demandando nada sin razón. Se nos cuestionó que por qué ninguna de nuestras
demandas era de carácter académico, si se trataba de un movimiento estudiantil.
Y se nos repetía la cantaleta de “los
estudiantes a estudiar”, que “no
debíamos meternos en política”. Pero nuestra respuesta fue que si nos
estaban reprimiendo, encarcelando, matando los políticos que mal gobiernan el
país ¿íbamos a responder pidiendo que se nos equiparan los laboratorios y
talleres en las escuelas, que nos dieran becas, o incluso que nos permitieran
participar en la elaboración de los planes de estudio? No nuestras demandas
correspondían al momento que estábamos viviendo. Estábamos padeciendo un
sistema autoritario, represivo, despótico. Correspondía entonces luchar por
justicia y libertad. Esa fue la esencia de nuestro pliego de los seis puntos.
La habíamos discutido en nuestras asambleas y estábamos seguros de que nuestras
demandas correspondían puntualmente a la problemática que generó el Estado con
su política de terror.
Se nos
acusó de subversivos, pero esas demandas no representaban ningún riesgo de “desestabilización”. Bien podrían
resolverse si hubiera voluntad política del gobierno: algunas reformas liberales
incluso lo habrían fortalecido. Pero fuimos comprendiendo que nos enfrentábamos
a un gobierno autoritario, paranoico, que en todo lo que se movía fuera de su
control veía la “amenaza comunista”.
Por ello, desde un principio se nos tachó de subversivos, de ser parte de una “conjura comunista internacional”. Y así
nos fue, como iremos viendo en las siguientes entregas de esta serie de
artículos, con los que a 49 años del Movimiento Estudiantil Popular, recordamos
esa lucha que marcó la vida a muchos de nosotros.
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entregas previas:
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