Asesinan
a un periodista en México: el décimo en lo que va de 2017
BioBioChile
23 agosto de 2017
El reportero de un diario regional en
México que estaba bajo protección gubernamental se convirtió el
martes en el décimo comunicador asesinado en lo que va de año, una trágica
cifra que ratifica al país como uno de los más peligrosos del mundo para ejercer
el periodismo.
La nueva
víctima es Cándido Ríos, un veterano reportero policial del Diario de
Acayucan en el violento estado de Veracruz (este), considerado a su vez el más
peligroso para la prensa en México, según organismos de defensoría.
Ríos, de 55
años, fue atacado la tarde del martes junto a un ex jefe policial y a otra
persona no identificada, cuando estaban afuera de una tienda en el pueblo de
Covarrubias, unos 200 kilómetros al sureste del puerto de Veracruz.
El reportero,
conocido entre sus colegas como “Pavuche”,
falleció mientras era trasladado al hospital debido a las heridas de bala de
alto calibre que recibió, dijeron a la Agence France-Presse fuentes conocedoras
del caso.
Según la
Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas (CEAPP) de
Veracruz, Ríos formaba parte de un mecanismo del gobierno federal mexicano
dedicado a la protección de periodistas en riesgo.
“El periodista se encontraba incorporado a los esquemas
de seguridad del Mecanismo para la Protección de Defensores de Derechos Humanos
y Periodistas de la Secretaría de Gobernación”, indicó la CEAPP en un comunicado.
Estos mecanismos
de protección se han probado ineficaces e insuficientes frente a las
crecientes agresiones contra el gremio en México, incluso después de que en
mayo el presidente Enrique Peña Nieto se comprometiera a asignarles más
recursos y personal.
Ríos era
reconocido por su larga trayectoria cubriendo temas relacionados con
criminalidad y por haber tenido conflictos con algunos exalcaldes de la región
debido a su labor periodística.
Su afán por
denunciar injusticias le otorgó amplia popularidad entre los lectores, pero
también enemigos como el exalcalde de Hueyapan, su pueblo natal, quien lo
amenazó de muerte en numerosas ocasiones, según recuerda su colega y director
del Diario de Acayucan, Cecilio Pérez.
“Ese alcalde lo mandaba detener, a golpear y a cada rato
lo amenazaba de muerte. Hubo un tiempo en que dejó el periodismo por las
amenazas de Gaspar Gómez, pero regresó”, relató el periodista a la Agence France-Presse.
Impunidad alienta
agresiones
La CEAPP precisó en su comunicado que
brindaba asesoría jurídica a Ríos en torno a una denuncia presentada en el año
2012 ante la Fiscalía de Veracruz, aunque sin dar detalles sobre el motivo de
dicha acción legal.
Desde 2000,
más de 100 periodistas han sido asesinados en México, 11 de ellos en 2016, una
cifra récord. La organización Reporteros Sin Fronteras precisa además que
al menos 20 de esas muertes ocurrieron en Veracruz.
Ana Cristina
Ruelas, directora de la ONG en defensa de los periodistas Artículo 19, dijo a
la Agence France-Presse que la falta de esclarecimiento e impunidad de las
agresiones en la entidad son alicientes para que la violencia contra el
colectivo continúe.
“Mientras no haya justicia, mientas no haya verdad sobre
las agresiones a periodistas del pasado, las agresiones contra la prensa en el
estado de Veracruz no van a disminuir”, advirtió.
En lo que va
del año han sido asesinados otros ocho periodistas mexicanos, así como un
camarógrafo hondureño que buscaba refugio en México tras el homicidio en su
país de un colega.
Los nueve
periodistas caídos son Cecilio Pineda, Ricardo Monlui, Miroslava Breach,
Maximino Rodríguez, Javier Valdez, Salvador Adame, Jonathan Rodríguez, Luciano
Rivera y el hondureño Edwin Rivera.
A la violencia
creciente, se suma el agravante de que un 90% de estos crímenes siguen
impunes.
Esta tendencia
se incrementó tras la ofensiva militar que lanzó el gobierno mexicano en 2006
contra el narcotráfico y que atizó la violencia en varias regiones del país.
Un reciente
reporte de Artículo 19 denunció que las agresiones subieron 23% en el primer
semestre del año frente al mismo lapso de 2016, mientras el gobierno solo ha
planteado paliativos ineficaces y burocráticos.
Comentarios