Ir al contenido principal

23 DE SEPTIEMBRE: significado histórico y simbólico en nuestra historia.

 
23 de Septiembre: 1911, 1956, 1965, 1968… LC23S
La Voz del Anáhuac
23 septiembre 2017
En la memoria de los estudiantes del Politécnico que el 23 de septiembre de 1968 defendieron los planteles del Casco de Santo Tomás y resistieron hasta la madrugada del 24, cuando intervino el ejército federal, estaba presente el recuerdo de que también el 23 de septiembre, pero de 1956, doce años antes, ese mismo ejército ocupó  el IPN para clausurar el Internado. En aquella ocasión no tuvieron oportunidad de hacer nada. Fueron sorprendidos en la madrugada, sacados por la fuerza de los dormitorios.
Con la clausura del Internado y el cierre del comedor estudiantil se cerraba el paso a los hijos de campesinos que venían a la ciudad con la idea de estudiar en el IPN. El Internado y el comedor eran un importante apoyo para los estudiantes de menores ingresos. El movimiento estudiantil de 1956 en el Politécnico demandaba más dormitorios y comedores para los estudiantes provenientes de los estados, además de más laboratorios, talleres y aulas, se exigía la construcción de una Ciudad Politécnica, una nueva Ley Orgánica en la que se tomaran en cuenta las propuestas de los estudiantes y la destitución del entonces director general del IPN.
Con estas demandas habían pasado por una huelga que duró del 11 de abril al 21 de junio de 1956. La huelga abarcó al IPN y a las Normales Rurales. El gobierno atendió las demandas de las Normales Rurales. Esto debilitó la lucha en el IPN, pero aunque sin huelga, los estudiantes politécnicos siguieron presionando. Algunas demandas se atendieron: se construyó la Unidad Profesional de Zacatenco, se aprobó una nueva ley orgánica, pero no sólo no se construyeron nuevos dormitorios y comedores estudiantiles sino que los existentes fueron cerrados.
Ante esto, el Internado se convirtió en el principal centro de resistencia, por lo que el gobierno decidió la intervención militar, con el objetivo de acabar con la lucha estudiantil e imponer el control autoritario, encarcelando a los dirigentes del movimiento. Mariano Molina, Nicandro Mendoza y otros integrantes del Comité Central de Huelga fueron encarcelados, acusados de “disolución social”, muchos activistas estudiantiles fueron expulsados del IPN, entre ellos Arturo Gámiz García, quien entonces era representante de la Prevocacional 4.
Esta ya es otra historia, pero es necesario recordar la participación de Arturo Gámiz García en la lucha del IPN en 1956, pues se ha especulado sobre este hecho y el haber hecho coincidir el ataque al cuartel militar de Madera el 23 de septiembre de 1965.
Expulsado del IPN, Arturo Gámiz regresó Durango, su estado natal. Buscó empleo en la SEP, fue aceptado como maestro tomando en cuenta sus estudios en el IPN. Desempeñó la docencia en un poblado rural en la región de Madera, Chihuahua. Ahí conoció al dirigente campesino Álvaro Ríos, en 1960. Profesores y estudiantes normalistas y universitarios se sumaron solidariamente a la lucha campesina en Chihuahua. Mítines y marchas en respaldo a la lucha legal por el reparto de los latifundios entre los campesinos fueron las acciones emprendidas entre 1960 y 1963. La represión fue la respuesta del gobierno. Policías y ejército contra la lucha campesina y popular.
Arturo Gámiz y el Dr. Pablo Gómez organizan el Primer Encuentro en la Sierra “Eraclio Bernal” en octubre de 1963 para analizar la situación local, nacional e internacional desde una posición marxista, y elaborar una línea política.  A raíz de esto encarcelan a Arturo Gámiz. Parte del grupo, encabezado por Salomón Gaytán se radicaliza y emprende acciones armadas contra caciques regionales. Al salir de la cárcel, Arturo Gámiz se une al grupo y pasa a la clandestinidad.
En febrero de 1965 realizan en Torreón de Cañas el Segundo Encuentro el la Sierra. Como en el Primer Encuentro, participan profesores, campesinos y estudiantes normalistas y universitarios. Ahí trazan una línea política revolucionaria expresada en las Cinco Resoluciones del Encuentro. Queda claro que ya no queda otro camino que el de la lucha armada. Se emprenden nuevas acciones. Rompen con las direcciones del Partido Popular Socialista y del Partido Comunista Mexicano, los caracterizan como parte del juego político burgués.
Luego de otras acciones revolucionarias, deciden realizar el ataque al cuartel militar de Madera con el objetivo de recuperar armamento. Esta es la primera guerrilla socialista en México. Afirman que no van a esperar a que “se den las condiciones”, que éstas madurarán al calor de la acción revolucionaria.
El ataque al cuartel Madera se da el 23 de septiembre de 1965.
El 15 marzo de 1973, en Guadalajara, Jal., para unificar a todas las organizaciones revolucionarias del momento y construir una fuerza política que le diera dirección revolucionaria a las diferentes luchas del período, se funda la Liga Comunista 23 de Septiembre. En distintos momentos y diferentes lugares surgieron: el Movimiento Estudiantil Profesional, el Movimiento Armado Revolucionario, el Frente Estudiantil Revolucionario, los Guajiros, los Lacandones, el Frente Urbano Zapatista, los Comandos Armados del Pueblo, la Liga de los Comunistas Armados y otros.
La LC23S buscó terminar con la dispersión ideológica y comenzar a realizar acciones conjuntas con otras organizaciones para brindar "educación política al proletariado en México rumbo a la construcción de un Partido y Ejército revolucionarios". Con este fin la Liga contó con un periódico clandestino: Madera, denominado así en honor al Grupo Popular Guerrillero que con el ataque al cuartel militar Madera el 23 de septiembre de 1965 inició la lucha guerrillera por el socialismo en México. Pese a que Arturo Gámiz y Pablo Gómez cayeron en combate en esa acción, esa lucha continuó. Los sobrevivientes del ataque a Madera siguieron combatiendo hasta la muerte. 
La LC23S combatió durante toda la década de los 70’s y parte de los 80’s, hasta que la guerra de exterminio desatada por el Estado mexicano consideró que por fin había logrado acabarla.

Centenares de asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, torturas, prisión política, persecución y exilio fueron el altísimo costo de esta difícil etapa de la lucha del pueblo mexicano por la dignidad, por la libertad plena, la justicia verdadera y la abolición del sistema de explotación. Pero la derrota militar no fue la claudicación. Muchos combatientes de la LC23S se reincorporaron a la lucha desde otras trincheras. Hubo sí, traiciones por parte de algunos que por salvar su propia vida se convirtieron en informantes de la policía, delatores o hasta firmantes desde la partidocracia de pactos con el Estado, pero esto no se generalizó.
Otro 23 de Septiembre
El 23 de septiembre de 1911, la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano, encabezada por Ricardo Flores Magón, publicó en el N° 56 de Regeneración, un Manifiesto en el que reitera públicamente la postura de los militantes magonistas frente al levantamiento armado maderista e insiste en el carácter expropiatorio que debe tener la revolución para que sea verdadera.

Aquí reproducimos el texto íntegro del:
Manifiesto del 23 de Septiembre de 1911
Biblioteca Virtual Antorcha
Mexicanos:
La Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano ve con simpatía vuestros esfuerzos para poner en práctica los altos ideales de emancipación política, económica y social, cuyo imperio sobre la tierra pondrá fin a esa ya bastante larga contienda del hombre contra el hombre, que tiene su origen en la desigualdad de fortunas que nace del principio de la propiedad privada.
Abolir ese principio significa el aniquilamiento de todas las instituciones políticas, económicas, sociales, religiosas y morales que componen el ambiente dentro del cual se asfixian la libre iniciativa y la libre asociación de los seres humanos que se ven obligados, para no perecer, a entablar entre sí una encarnizada competencia, de la que salen triunfantes, no los más buenos, ni los más abnegados, ni los mejor dotados en lo físico, en lo moral o en lo intelectual, sino los más astutos, los más egoístas, los menos escrupulosos, los más duros de corazón, los que colocan su bienestar personal sobre cualquier consideración de humana solidaridad y de humana justicia.
Sin el principio de la propiedad privada no tiene razón de ser el gobierno, necesario tan sólo para tener a raya a los desheredados en sus querellas o en sus rebeldías contra los detentadores de la riqueza social; ni tendrá razón de ser la Iglesia, cuyo exclusivo objeto es estrangular en el ser humano la innata rebeldía contra la opresión y la explotación por la prédica de la paciencia, de la resignación y de la humildad, acallando los gritos de los instintos más poderosos y fecundos con la práctica de penitencias inmorales, crueles y nocivas a la salud de las personas, y, para que los pobres no aspiren a los goces de la tierra y constituyan un peligro para los privilegios de los ricos, prometen a los humildes, a los más resignados, a los más pacientes, un cielo que se mece en el infinito, más allá de las estrellas que se alcanzan a ver...
Capital, Autoridad, Clero: he ahí la trinidad sombría que hace de esta bella tierra un paraíso para los que han logrado acaparar en sus garras por la astucia, la violencia y el crimen, el producto del sudor, de la sangre, de las lágrimas y del sacrificio de miles de generaciones de trabajadores, y un infierno para los que con sus brazos y su inteligencia trabajan la tierra, mueven la maquinaria, edifican las casas, transportan los productos, quedando de esa manera dividida la humanidad en dos clases sociales de intereses diametralmente opuestos: la clase capitalista y la clase trabajadora; la clase que posee la tierra, la maquinaria de producción y los medios de transportación de las riquezas, y de la clase que no cuenta más que con sus brazos y su inteligencia para proporcionarse el sustento.
Entre estas dos clases sociales no puede existir vinculo alguno de amistad ni de fraternidad, porque la clase poseedora está siempre dispuesta a perpetuar el sistema económico, político y social que garantiza el tranquilo disfrute de sus rapiñas, mientras la clase trabajadora hace esfuerzos por destruir ese sistema inicuo para instaurar un medio en el cual la tierra, las casas, la maquinaria de producción y los medios de transportación sean de uso común.
Mexicanos:
El Partido Liberal Mexicano reconoce que todo ser humano, por el solo hecho de venir a la vida, tiene derecho a gozar de todas y cada una de las ventajas que la civilización moderna ofrece, porque esas ventajas son el producto del esfuerzo y del sacrificio de la clase trabajadora de todos los tiempos.
El Partido Liberal Mexicano reconoce, como necesario, el trabajo para la subsistencia, y, por lo tanto, todos, con excepción de los ancianos, de los impedidos e inútiles y de los niños, tienen que dedicarse a producir algo útil para poder dar satisfacción a sus necesidades.
El Partido Liberal Mexicano reconoce que el llamado derecho de propiedad individual es un derecho inicuo, porque sujeta al mayor número de seres humanos a trabajar y a sufrir para la satisfacción y el ocio de un pequeño número de capitalistas.
El Partido Liberal Mexicano reconoce que el Capital, la Autoridad y el Clero son el sostén de la iniquidad y, por lo tanto, la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano ha declarado solemnemente guerra a la Autoridad, guerra al Capital, guerra al Clero.
Contra el Capital, la Autoridad y el Clero el Partido Liberal Mexicano tiene enarbolada la bandera roja en los campos de la acción en México, donde nuestros hermanos se baten como leones, disputando la victoria a las huestes de la burguesía, o sean: maderistas, reyistas, vazquistas, científicos, y tantas otras cuyo único propósito es encumbrar a un hombre a la primera magistratura del país, para hacer negocio a su sombra sin consideración alguna a la masa entera de la población de México, y reconociendo, todas ellas, como sagrado, el derecho de propiedad individual.
En estos momentos de confusión, tan propicios para el ataque contra la opresión y la explotación; en estos momentos en que la Autoridad, quebrantada, desequilibrada, vacilante, acometida por todos sus flancos por las fuerzas de todas las pasiones desatadas, por la tempestad de todos los apetitos avivados por la esperanza de un próximo hartazgo; en estos momentos de zozobra, de angustia, de terror para todos los privilegios, masas compactas de desheredados invaden las tierras, queman los títulos de propiedad, ponen las manos creadoras sobre la fecunda tierra y amenazan con el puño a todo lo que ayer era respetable: Autoridad, Capital y Clero; abren el surco, esparcen la semilla y esperan, emocionados, los primeros frutos de un trabajo libre.
Estos son, mexicanos, los primeros resultados prácticos de la propaganda y de la acción de los soldados del proletariado, de los generosos sostenedores de nuestros principios igualitarios, de nuestros hermanos que desafían toda imposición y toda explotación con este grito de muerte para todos los de arriba y de vida y de esperanza para todos los de abajo: ¡Viva Tierra y Libertad!
La tormenta se recrudece día a día: maderistas, vazquistas, reyistas, científicos, delabarristas os llaman a gritos, mexicanos, a que voléis a defender sus desteñidas banderas, protectoras de los privilegios de la clase capitalista. No escuchéis las dulces canciones de esas sirenas, que quieren aprovecharse de vuestro sacrificio para establecer un gobierno, esto es, un nuevo perro que proteja los intereses de los ricos. ¡Arriba todos; pero para llevar a cabo la expropiación de los bienes que detentan los ricos!
La expropiación tiene que ser llevada a cabo a sangre y fuego durante este grandioso movimiento, como lo han hecho y lo están haciendo nuestros hermanos los habitantes de Morelos, sur de Puebla, Michoacán, Guerrero, Veracruz, Norte de Tamaulipas, Durango, Sonora, Sinaloa, Jalisco, Chihuahua, Oaxaca, Yucatán, Quintana Roa y regiones de otros Estados, según ha tenido que confesar la misma prensa burguesa de México, en que los proletarios han tomado posesión de la tierra sin esperar a que un Gobierno paternal se dignase hacerla s felices, conscientes de que no hay que esperar nada bueno de los Gobiernos y de que la emancipación de los trabajadores debe ser obra de los trabajadores mismos.
Estos primeros actos de expropiación han sido coronados por el más risueño de los éxitos; pero no hay que limitarse a tomar tan sólo posesión de la tierra y de los implementos de agricultura: hay que tomar resueltamente posesión de todas las industrias por los trabajadores de las mismas, consiguiéndose de esa manera que las tierras, las minas, las fábricas, los talleres, las fundiciones, los carros, los ferrocarriles, los barcos, los almacenes de todo género y las casas queden en poder de todos y cada uno de los habitantes de México, sin distinción de sexo.
Los habitantes de cada región en que tal acto de suprema justicia se lleve a cabo no tienen otra cosa que hacer que ponerse de acuerdo para que todos los efectos que se hallen en las tiendas, almacenes, graneros, etc., sean conducidos a un lugar de fácil acceso para todos, donde hombres y mujeres de buena voluntad practicarán un minucioso inventario de todo lo que se haya recogido, para calcular la duración de esas existencias, teniendo en cuenta las necesidades y el número de los habitantes que tienen que hacer uso de ellas, desde el momento de la expropiación hasta que en el campo se levanten las primeras cosechas y en las demás industrias se produzcan los primeros efectos.
Hecho el inventario, los trabajadores de las diferentes industrias se entenderán entre sí fraternalmente para regular la producción; de manera que, durante este movimiento, nadie carezca de nada, y sólo se morirán de hambre aquellos que no quieran trabajar, con excepción de los ancianos, los impedidos y los niños, que tendrán derecho a gozar de todo.
Todo lo que se produzca será enviado al almacén general en la comunidad del que todos tendrán derecho a tomar TODO LO QUE NECESITEN SEGUN SUS NECESIDADES, sin otro requisito que mostrar una contraseña que demuestre que se está trabajando en tal o cual industria.
Como la aspiración del ser humano es tener el mayor número de satisfacciones con el menor esfuerzo posible, el medio más adecuado para obtener ese resultado es el trabajo en común de la tierra y de las demás industrias. Si se divide la tierra y cada familia toma un pedazo, además del grave peligro que se corre de caer nuevamente en el sistema capitalista, pues no faltarán hombres astutos o que tengan hábitos de ahorro que logren tener más que otros y puedan a la larga poder explotar a sus semejantes; además de este grave peligro, está el hecho de que si una familia trabaja un pedazo de tierra, tendrá que trabajar tanto o más que como se hace hoy bajo el sistema de la propiedad individual para obtener el mismo resultado mezquino que se obtiene actualmente; mientras que si se une la tierra y la trabajan en común los campesinos, trabajarán menos y producirán más. Por supuesto que no ha de faltar tierra para que cada persona pueda tener su casa y un buen solar para dedicarlo a los usos que sean de su agrado. Lo mismo que se dice del trabajo en común de la tierra, puede decirse del trabajo en común de la fábrica, del taller, etc.; pero cada quien, según su temperamento, según sus gustos, según sus inclinaciones podrá escoger el género de trabajo que mejor le acomode, con tal de que produzca lo suficiente para cubrir sus necesidades y no sea una carga para la comunidad.
Obrándose de la manera apuntada, esto es, siguiendo inmediatamente a la expropiación la organización de la producción, libre ya de amos y basada en las necesidades de los habitantes de cada región, nadie carecerá de nada a pesar del movimiento armado, hasta que, terminado este movimiento con la desaparición del último burgués y de la última autoridad o agente de ella, hecha pedazos la ley sostenedora de privilegios y puesto todo en manos de los que trabajan, nos estrechemos todos en fraternal abrazo y celebremos con gritos de júbilo la instauración de un sistema, que garantizará a todo ser humano el pan y la libertad.
Mexicanos:
Por esto es por lo que lucha el Partido Liberal Mexicano. Por esto es por lo que derrama su sangre generosa una pléyade de héroes, que se baten bajo la bandera roja al grito prestigioso de ¡Tierra y Libertad!
Los liberales no han dejado caer las armas a pesar de los tratados de paz del traidor Madero con el tirano Díaz, y a pesar, también, de las incitaciones de la burguesía, que ha tratado de llenar de oro sus bolsillos, y esto ha sido así, porque los liberales somos hombres convencidos de que la libertad política no aprovecha a los pobres, sino a los cazadores de empleos, y nuestro objeto no es alcanzar empleos ni distinciones, sino arrebatarlo todo de las manos de la burguesía, para que todo quede en poder de los trabajadores.
La actividad de las diferentes banderías políticas que en estos momentos se disputan la supremacía, para hacerla que triunfe, exactamente lo mismo que hizo el tirano Porfirio Díaz, porque ningún hombre, por bienintencionado que sea, puede hacer algo en favor de la clase pobre cuando se encuentra en el Poder; esa actividad ha producido el caos que debemos aprovechar los desheredados, tomando ventajas de las circunstancias especiales en que se encuentra el país, para poner en práctica, sin pérdida de tiempo, sobre la marcha, los ideales sublimes del Partido Liberal Mexicano, sin esperar a que se haga la paz para efectuar la expropiación, pues para entonces ya se habrán agotado las existencias de efectos en las tiendas, graneros, almacenes y otros depósitos, y como al mismo tiempo, por el estado de guerra en que se había encontrado el país, la producción se había suspendido, el hambre sería la consecuencia de la lucha, mientras que efectuando la expropiación y la organización del trabajo libre durante el movimiento, ni se carecerá de lo necesario en medio del movimiento ni después.
Mexicanos:
Si queréis ser de una vez libres no luchéis por otra causa que no sea la del Partido Liberal Mexicano. Todos os ofrecen libertad política para después del triunfo; los liberales os invitamos a tomar la tierra, la maquinaria, los medios de transportación y las casas desde luego, sin esperar a que nadie os dé todo ello, sin aguardar a que una ley decrete tal cosa, porque las leyes no son hechas por los pobres, sino por señores de levita, que se cuidan bien de hacer leyes en contra de su casta.
Es el deber de nosotros los pobres trabajar y luchar por romper las cadenas que nos hacen esclavos. Dejar la solución de nuestros problemas a las clases educadas y ricas es ponernos voluntariamente entre sus garras. Nosotros los plebeyos; nosotros los andrajosos; nosotros los hambrientos; los que no tenemos un terrón donde reclinar la cabeza; los que vivimos atormentados por la incertidumbre del pan de mañana para nuestras compañeras y nuestros hijos; los que, llegados a viejos, somos despedidos ignominiosamente porque ya no podemos trabajar, toca a nosotros hacer esfuerzos poderosos, sacrificios mil para destruir hasta sus cimientos el edificio de la vieja sociedad, que ha sido hasta aquí una madre cariñosa para los ricos y los malvados, y una madrastra huraña para los que trabajan y son buenos.
Todos los males que aquejan al ser humano provienen del sistema actual, que obliga a la mayoría de la humanidad a trabajar y a sacrificarse para que una minoría privilegiada satisfaga todas sus necesidades y aun todos sus caprichos, viviendo en la ociosidad y en el vicio. Y menos malo si todos los pobres tuvieran asegurado el trabajo; como la producción no está arreglada para satisfacer las necesidades de los trabajadores sino para dejar utilidades a los burgueses, éstos se dan maña para no producir más que lo que calculan que pueden expender, y de ahí los paros periódicos de las industrias o la restricción del número de trabajadores, que proviene, también, del hecho del perfeccionamiento de la maquinaria, que suple con ventaja los brazos del proletariado.
Para acabar con todo eso es preciso que los trabajadores tengan en sus manos la tierra y la maquinaria de producción, y sean ellos los que regulen la producción de las riquezas atendiendo a las necesidades de ellos mismos.
El robo, la prostitución, el asesinato, el incendiarismo, la estafa, productos son del sistema que coloca al hombre y a la mujer en condiciones en que para no morir de hambre se ven obligados a tomar de donde hay o a prostituirse, pues en la mayoría de los casos, aunque se tengan deseos grandísimos de trabajar, no se consigue trabajo, o es éste tan mal pagado, que no alcanza el salario ni para cubrir las más imperiosas necesidades del individuo y de la familia, aparte de que la duración del trabajo bajo el presente sistema capitalista y las condiciones en que se efectúa, acaban en poco tiempo con la salud del trabajador, y aun con su vida, en las catástrofes industriales, que no tienen otro origen que el desprecio con que la clase capitalista ve a los que se sacrifican por ella.
Irritado el pobre por la injusticia de que es objeto; colérico ante el lujo insultante que ostentan los que nada hacen; apaleado en las calles por el polizonte por el delito de ser pobre; obligado a alquilar sus brazos en trabajos que no son de su agrado; mal retribuido, despreciado por todos los que saben más que él o por los que por dinero se creen superiores a los que nada tienen; ante la expectativa de una vejez tristísima y de una muerte de animal despedido de la cuadra por inservible; inquieto ante la posibilidad de quedar sin trabajo de un día para otro; obligado a ver como enemigo aun a los mismos de su clase, porque no sabe quién de ellos será el que vaya a alquilarse por menos de lo que él gana, es natural que en estas circunstancias se desarrollen en el ser humano instintos antisociales y sean el crimen, la prostitución, la deslealtad, los naturales frutos del viejo y odioso sistema, que queremos destruir hasta en sus más profundas raíces para crear uno nuevo de amor, de igualdad, de justicia, de fraternidad, de libertad.
¡Arriba todos como un solo hombre! En las manos de todos están la tranquilidad, el bienestar, la libertad, la satisfacción de todos los apetitos sanos; pero no nos dejemos guiar por directores; que cada quien sea el amo de sí mismo; que todo se arregle por el consentimiento mutuo de las individualidades libres. ¡Muera la esclavitud! ¡Muera el hambre! ¡Viva Tierra y Libertad!
Mexicanos:
Con la mano puesta en el corazón y con nuestra conciencia tranquila, os hacemos un formal y solemne llamamiento a que adoptéis, todos, hombres y mujeres, los altos ideales del Partido Liberal Mexicano. Mientras haya pobres y ricos, gobernantes y gobernados, no habrá paz, ni es de desearse que la haya porque esa paz estaría fundada en la desigualdad política, económica y social de millones de seres humanos que sufren hambre, ultrajes, prisión y muerte, mientras una pequeña minoría goza toda suerte de placeres y de libertades por no hacer nada.
¡A la lucha! A expropiar con la idea del beneficio para todos y no para unos cuantos, que esta guerra no es una guerra de bandidos, sino que hombres y mujeres que desean que todos sean hermanos y gocen, como tales, de los bienes que nos brinda la Naturaleza y que el brazo y la inteligencia del hombre han creado, con la única condición de dedicarse cada quien a un trabajo verdaderamente útil.
La Libertad y el bienestar están al alcance de nuestras manos. El mismo esfuerzo y el mismo sacrificio que cuesta elevar a un gobernante, esto es, un tirano, cuesta la expropiación de los bienes que detentan los ricos. A escoger, pues: o un nuevo gobernante, esto es, un nuevo yugo, o la expropiación salvadora y la abolición de toda imposición religiosa, política o de cualquier otro orden.
¡TIERRA Y LIBERTAD!
Dado en la ciudad de Los Ángeles, Estado de California, Estados Unidos de América, a los 23 días del mes de septiembre de 1911.
Ricardo Flores Magón
Librado Rivera
Anselmo L. Figueroa
Enrique Flores Magón
 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Nebulosa. Emisión del 21 de abril de 2014. Espacio de información, denuncia y difusión de la resistencia.

http://kehuelga.org/spip.php?article2790 Esperamos tus colaboraciones en el correo nebulosa@kehuelga.net Miércoles 23 de abril de 2014 por nebulosa Estas son las noticias de la semana: Michoacán: otra vuelta de tuerca Viacrucis migrante Sigue el #PosMeSalto Jalisco: en defensa de Temacapulín Protestas de trabajadores de Mexicana de Aviación Coyoacán contra los parquímetros Presos opositores al Proyecto Integral Morelos China: los ricos también lloran Acciones por la libertad de Mummia Marcha contra el silencio Libertad a Mario González Michoacán: otra vuelta de tuerca La importante reacción de las autodefensas logró que el gobierno federal calmara sus ansias. Entre movilizaciones, ocupaciones de nuevos poblados y numerosas declaraciones de que no se desarmarán, las autodefensas obligaron a que el gobierno federal firmara nuevos compromisos. El lunes 14 de abril, más de 20 representantes de los grupos de autodefensa se reunieron en La Ruana con e

"LA VICUÑITA" (Magdalena Fleitas). Música Andina Latinoamericana. Tema anónimo.

https://www.youtube.com/watch?v=BRB1oqI9D6M Subido el 6 jul. 2009 Del disco "Risas del Viento". Clip Stop Motion . Tema anónimo, recopilado por Leda Valladares. Huayno – Bolivia y Perú Hay diferentes versiones de esta canción tan bella y poética, la estrofa en quichua fue transmitida por Rubén Carrasco, si bien estamos revisando otras letras posibles que nos llegaron para ajustar la traducción. Tal vez esta sea una posible traducción: Ayqey vicuñita rispa jap’isunqa Huye vicuñita yendo te atrapara Rispa jap’iy pagapiña munasunqa Yendo atrapado en su pago te querrá La Vicuñita Del cerro yo vengo con mi vicuñita  Cantando y bailando para mi cholita  Yo soy vicuñita y vengo de la Puna  Vengo escapando de los cazadores  Ay guei vicuñita rishpi japi sonka  Rishpi japi pagapiña numa sonka  Malhaya la hora de ser vicuñita  Todos me persiguen por mi lana fina http://bit.ly/fxzulu De ella ya habíamos publicado unas canciones, a

Heroica rebelión: 70 años del levantamiento del gueto de Varsovia (por Nicolás González Varela)

Rebelión , 24-04-2013 http://www.rebelion.org/noticia.php?id=167159 El pasado 19 de abril se cumplieron 70 años del levantamiento del gueto de Varsovia , salvajemente reprimido por destacamentos especiales de las SS. Se realizaron conmovedores homenajes y actos de memoria histórica en el lugar arrasado donde se erigía el ignominioso lugar de concentración. Se ha aprovechado la ocasión para inaugurar un Museo sobre Historia de los judíos polacos. Al exterminio que los nazis iniciaron en 1940, rodeando con un muro de 2,5 metros 800 manzanas en las que vivían hacinados 380 mil judíos, le siguió la aniquilación sistemática llamada eufemísticamente Grossaktion en la sofisticada "Lingua Tertii Imperii" del Nacionalsocialismo. Se inició el 19 de abril de 1943, comandada por un nuevo comandante, Jürgen Stroop (su nombre era Josef, pero como muchos alemanes se lo cambió por uno más ario). Según su informe minucioso, la operación se realizó con un núcleo duro