24 de septiembre: Acto político-cultural en Azcapotzalco por 2 años de Ayotzinapa y memoria del 23 de septiembre
¡Nos faltan 43, ¿Dónde están?,
Muera el gobierno!
Hace 2 años policías municipales de Iguala
y Cocula, policías estatales y federales, ejército federal y sicarios del grupo
criminal “Guerreros Unidos” actuaron
coordinadamente contra estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, asesinaron
a 3 normalistas y 3 civiles, dejaron mal heridos a 2 normalistas y
desaparecieron a 43. Esto ocurrió el 26 de septiembre de 2014.
Desde
entonces, sus madres, padres, compañeros normalistas y cientos de miles de
personas solidarias en todo México y el Mundo reclaman su presentación con vida. ¡PORQUE
VIVOS SE LOS LLEVARON Y VIVOS LOS QUEREMOS!
El
gobierno niega saber dónde están, niega que el ejército haya tomado parte de
estos hechos criminales. Asegura que los 43 fueron asesinados e incinerados por
los “Guerreros Unidos”. Niega ser
responsable, como Estado, de estos hechos. Sin embargo el testimonio de los
normalistas sobrevivientes desmiente al gobierno.
Dada
la justificada desconfianza de familiares y compañeros de los normalistas
desaparecidos fue solicitada la intervención de expertos forenses argentinos y
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos designó al Grupo
Interdisciplinario de Expertos Independientes para investigar y llegar a la
verdad y a la justicia. Los expertos aportaron líneas de investigación y echaron
abajo la “verdad histórica” con que el gobierno pretendía dar carpetazo al
caso. Ante esto, el gobierno desató una campaña de desprestigio contra los
expertos para expulsarlos del país y quedar impune.
A
dos años de distancia la investigación sigue estancada, los 43 normalistas
siguen desaparecidos y el gobierno sigue burlándose de las familias y
compañeros de los desaparecidos. En la búsqueda de los 43 fueron encontradas
varias fosas clandestinas con decenas de cadáveres. Y esto se debe a la llamada
“guerra contra el narco” iniciada por
Felipa Calderón y continuada por Peña Nieto.
Más
de 150 mil muertos, decenas de miles de desaparecidos y otros tantos
desplazados ha costado esa guerra al pueblo de México. Esa guerra dio motivo
para que en Guerrero, Michoacán y otros estados se levantaran las autodefensas,
pues era muy evidente la complicidad del ejército y las policías municipales,
estatales y federal con el narcotráfico, al grado de ser ya una realidad que en
todo el territorio nacional padezcamos un narco-estado. Cómplices, amafiados,
dependientes uno del otro, simbióticamente ligados, ya no hay fronteras entre
los grupos criminales y los gobiernos a todos los niveles. Desde el poder
federal hasta los municipios, pueblos, barrios, donde los criminales gozan de
total impunidad.
Por
esto decimos que la verdad y la justicia no llegarán de arriba. Del gobierno lo
único que podemos esperar es burla, cinismo, mentiras e impunidad. No se van a
castigar a sí mismos. Somos nosotros, el pueblo trabajador, quienes necesitamos
organizarnos de manera independiente, autónoma, para acabar con estos crímenes
y con la impunidad. Es necesario destruir al sistema capitalista que propicia
toda esa podredumbre. Es la única forma de acabar con la explotación, con el
desempleo, con la miseria, el hambre, el despojo de tierras y derechos, la
represión y humillaciones que sufrimos los de abajo, los trabajadores del campo
y la ciudad.
Colectivo
Azcapotzalco, adherente a la 6ª Declaración de la Selva Lacandona
Correo: SextaPorLaLibre@gmail.com,
Redes sociales: https://twitter.com/6aAzcapoLibre
Diversas actividades se han programado en estos días, al
cumplirse 2 años de la desaparición
forzada de nuestros 43 compañeros normalistas de Ayotzinapa.
Por nuestra parte, informamos
que el sábado 24 de septiembre, a
las 12 horas, en el kiosco de la videoteca (muy cerca del
Hospital Infantil y el Mercado de Azcapotzalco), Av. Azcapotzalco esq.
Jerusalén, centro de Azcapotzalco, realizaremos un acto
político-cultural-informativo y de protesta por la presentación con vida de los compañeros de Ayotzinapa.
Hasta hoy han
confirmado su participación solidaria:
La
Agrupación de teatro independiente Ángeles
Extremos,
Ensamble de canto y poesía
Por qué Cantamos con
Martín Martínez y John Pablo Almaraz
y la
trovadora Amelia Escalante
Si otr@s artistas de pueblo se suman en los siguientes
días, aquí los incluiremos
También queremos recordar en este acto el múltiple significado que
tiene para nosotras y nosotros el 23 de septiembre:
MANIFIESTO
DEL 23 DE SEPTIEMBRE DE 1911
1.- Se cumplen 105 años de la publicación del Manifiesto 23 de Septiembre del Partido
Liberal Mexicano que, dirigido por Ricardo
Flores Magón, dio el salto del reformismo a una posición revolucionaria radical, adoptando el anarquismo como línea
que lo diferenciaría de casi todas las expresiones políticas que participaron
en la denominada “revolución mexicana”
iniciada formalmente en 1910 por el maderismo. Aunque para entonces los
magonistas habían convocado ya a la insurrección, dándose levantamientos
armados desde 1906 entre los que destacan:
- El 27 de septiembre de
1906 en Jiménez, Coahuila.
- El 30 de septiembre de
1906 en Acayucan, Veracruz.
- El 3 de octubre de 1906
en Ixuhuatán, Minatitlán, Ver.
- El 25 de junio de 1908
en Viesca, Coahuila.
- El 26 de junio de 1908
en Las Vacas, Coahuila.
- El 1° de julio de 1908
en Palomas, Chihuahua.
Por esto algunos
historiadores consideran a los magonistas como precursores de la “revolución”,
cuando en realidad fueron la expresión más radical y genuinamente revolucionaria de
este proceso. De todas las expresiones de entonces con la única que el magonismo
estableció una relación fraterna fue con el zapatismo. Algunos cuadros del PLM,
como Antonio Díaz Soto y Gama y Otilio Montaño se integraron al ejército
Libertador del Sur y Centro, comandado por el general Emiliano Zapata. El lema
de Tierra
y Libertad, adoptado por los zapatistas fue acuñado por el anarquismo
en una lucha que se negó a reconocer fronteras.
El levantamiento maderista
se da entonces en un clima insurreccional arduamente abonado por los magonistas
desde años antes.
Estos levantamientos armados
se detonaron a consecuencia de la represión sangrienta desatada por la
dictadura porfirista contra las huelgas de Cananea (junio de 1906) y Río Blanco
(enero de 1907). Después de esas masacres ya no quedaba otro camino que el de
la lucha armada.
Reproducimos aquí una
parte del Manifiesto 23 de Septiembre
del PLM:
MEXICANOS:
Si queréis ser de una vez libres no luchéis por
otra causa que no sea la del Partido Liberal Mexicano. Todos os ofrecen libertad política para después del triunfo; los liberales os invitamos a tomar la
tierra, la maquinaria, los medios de transportación y las casas desde luego,
sin esperar a que nadie os dé todo ello, sin aguardar a que una ley decrete tal
cosa, porque las leyes no son hechas por los pobres, sino por señores de
levita, que se cuidan bien de no hacer leyes en contra de su casta.
Es el deber de
nosotros los pobres trabajar y luchar por romper las cadenas que nos hacen
esclavos. Dejar la solución de nuestros problemas a las clases educadas y ricas
es ponernos voluntariamente entre sus garras. Nosotros los plebeyos; nosotros
los andrajosos; nosotros los hambrientos; los que no tenemos un terrón donde
reclinar la cabeza; los que vivimos atormentados por la incertidumbre del pan
de mañana para nuestras compañeras y nuestros hijos; los que, llegados a
viejos, somos despedidos ignominiosamente porque ya no podemos trabajar, toca a
nosotros hacer esfuerzos poderosos, sacrificios mil para destruir hasta sus
cimientos el edificio de la vieja sociedad, que ha sido hasta aquí una madre
cariñosa para los ricos y los malvados, y una madrastra huraña para los que
trabajan y son buenos.
Todos los
males que aquejan al ser humano provienen del sistema actual, que obliga a la
mayoría de la humanidad a trabajar y a sacrificarse para que una minoría
privilegiada satisfaga todas sus necesidades y aun todos sus caprichos,
viviendo en la ociosidad y en el vicio. Y menos malo si todos los pobres
tuvieran asegurado el trabajo; como la producción no está arreglada para
satisfacer las necesidades de los trabajadores sino para dejar utilidades a los
burgueses, éstos se dan maña para no producir más que lo que calculan que
pueden expender, y de ahí los paros periódicos de las industrias o la
restricción del número de trabajadores, que proviene, también, del hecho del
perfeccionamiento de la maquinaria, que suple con ventaja los brazos del
proletariado.
Para acabar
con todo eso es preciso que los trabajadores tengan en sus manos la tierra y la
maquinaria de producción, y sean ellos los que regulen la producción de las
riquezas atendiendo a las necesidades de ellos mismos.
El robo, la
prostitución, el asesinato, el incendiarismo, la estafa, productos son del
sistema que coloca al hombre y a la mujer en condiciones en que para no morir
de hambre se ven obligados a tomar de donde hay o a prostituirse, pues en la
mayoría de los casos, aunque se tengan deseos grandísimos de trabajar, no se
consigue trabajo, o es éste tan mal pagado, que no alcanza el salario ni para
cubrir las más imperiosas necesidades del individuo y de la familia, aparte de
que la duración del trabajo bajo el presente sistema capitalista y las
condiciones en que se efectúa, acaban en poco tiempo con la salud del
trabajador, y aun con su vida, en las catástrofes industriales, que no tienen
otro origen que el desprecio con que la clase capitalista ve a los que se sacrifican
por ella.
Irritado el
pobre por la injusticia de que es objeto; colérico ante el lujo insultante que
ostentan los que nada hacen; apaleado en las calles por el polizonte por el
delito de ser pobre; obligado a alquilar sus brazos en trabajos que no son de
su agrado; mal retribuido, despreciado por todos los que saben más que él o por
los que por dinero se creen superiores a los que nada tienen; ante la
expectativa de una vejez tristísima y de una muerte de animal despedido de la
cuadra por inservible; inquieto ante la posibilidad de quedar sin trabajo de un
día para otro; obligado a ver como enemigo aun a los mismos de su clase, porque
no sabe quién de ellos será el que vaya a alquilarse por menos de lo que él
gana, es natural que en estas circunstancias se desarrollen en el ser humano
instintos antisociales y sean el crimen, la prostitución, la deslealtad, los
naturales frutos del viejo y odioso sistema, que queremos destruir hasta en sus
más profundas raíces para crear uno nuevo de amor, de igualdad, de justicia, de
fraternidad, de libertad.
¡ARRIBA TODOS
COMO UN SOLO HOMBRE!
En las manos de todos están la tranquilidad, el
bienestar, la libertad, la satisfacción de todos los apetitos sanos; pero no
nos dejemos guiar por directores; que cada quien sea el amo de sí mismo; que
todo se arregle por el consentimiento mutuo de las individualidades libres.
¡MUERA LA
ESCLAVITUD!
¡MUERA EL
HAMBRE!
¡VIVA TIERRA Y
LIBERTAD!
Para leer completo el
Manifiesto 23 de Septiembre ir a:
23 de Septiembre
de 1956, golpe al IPN, inicia el gobierno desmantelamiento de la educación
popular
2.- 23 de Septiembre de
1956. Se
cumplen 60 años de la intervención militar en el IPN.
En abril de 1956 estallan
la huelga estudiantes de las escuelas de Agricultura, las Normales Rurales, la
Nacional de Maestros y el IPN. Cada cual con sus demandas. Para el mes de junio
los más de cien mil estudiantes en huelga comienzan a levantarla pues se les da
respuesta a sus demandas específicas. Esto no ocurre en el caso del IPN. Sus
demandas eran: más becas alimenticias, ampliación y mejora del Internado, una
Ley Orgánica que reconociera a los estudiantes el derecho a participar en los
planes de estudio y la renuncia del director general del IPN (Dr. Hernández
Corzo). Esta será la única demanda que se cumple. En su lugar es nombrado el
Ing. Alejo Peralta, empresario con intereses opuestos a la orientación popular
que dio origen al IPN, razón por la que se suscitan conflictos entre los
estudiantes y en nuevo director general.
Aunque la huelga del IPN
se había levantado desde el 26 de junio, la lucha por mejorar el internado y
aumentar las becas alimenticias para los estudiantes de menores recursos económicos continuaba. Esto ocasionó que el gobierno ordenara la intervención militar el 23 de septiembre de 1956. El resultado
de esta represión fue que se clausurara definitivamente el Internado, que los
dirigentes estudiantiles fueran encarcelados, acusados de “disolución social” (Nicandro Mendoza entre ellos) y que decenas de
activistas fueran expulsados (entre ellos un joven de Chihuahua, hijo de
campesinos, llamado Arturo Gámiz García).
La organización
estudiantil quedó cooptada por el partido oficial (PRI), convirtiéndola en un
instrumento de control: la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos (FNET)
degeneró, traicionó la lucha estudiantil y aliada al gobierno se convirtió en
lo opuesto de lo que fue en su origen.
23 de
Septiembre de 1965: de la lucha por la tierra a la revolución socialista
3.- 23 de Septiembre de 1965. Se cumplen 51 años del asalto al cuartel militar
de Ciudad Madera, Chihuahua.
De regreso en Chihuahua, luego de ser expulsado del IPN,
Arturo Gámiz obtiene nombramiento para ejercer como profesor de educación
básica. Simultáneamente, junto con normalistas rurales, profesores y campesinos
de su estado natal se suma a la lucha por la tierra. En Chihuahua existían
enormes latifundios en manos de las mismas familias terratenientes de antes de
la revolución. Habían pasado ya 50 años desde la “revolución” y en Chihuahua seguía sin aplicarse la “reforma agraria”. Los campesinos sin
tierra se debatían en la miseria, por cauces legales solicitaban el reparto
agrario pero eran ignorados, despreciados, reprimidos. Ante esto deciden pasar
a la acción directa, es decir, a ocupar las tierras para trabajarlas. Sufrieron
entonces ataques armados por parte de los “guardias
blancas” de los terratenientes y la represión policíaca y militar.
No quedaba más camino que la insurrección, la autodefensa. Para esto se llevan a cabo dos Encuentros en la Sierra en los que tras un análisis de la situación social, económica y política, se decide organizarse como Grupo Popular Guerrillero y realizar acciones de ajusticiamiento a terratenientes criminales y de expropiación de armas para iniciar la lucha armada, ya no sólo por la tierra, sino por el socialismo.
No quedaba más camino que la insurrección, la autodefensa. Para esto se llevan a cabo dos Encuentros en la Sierra en los que tras un análisis de la situación social, económica y política, se decide organizarse como Grupo Popular Guerrillero y realizar acciones de ajusticiamiento a terratenientes criminales y de expropiación de armas para iniciar la lucha armada, ya no sólo por la tierra, sino por el socialismo.
“Estamos convencidos de que ha llegado la hora de
hablarles a los poderosos en el único lenguaje que entienden; llegó la hora de
que las vanguardias más audaces empuñen el fusil porque es lo único que
respetan y escuchan; llegó la hora de ver si en sus cabezas respetaban las
balas, ya que razones nunca les entraron; llegó la hora de apoyarnos en el 30-30
y en el 30-06, más que en el Código Agrario y la Constitución… Vencer o morir”.
-Arturo
Gamíz García
Esta es la primera guerrilla mexicana por la revolución
socialista. Acuerdan tomar el cuartel militar de Ciudad Madera. La acción sería
el 23 de septiembre de 1965. Sin embargo no todos los combatientes llegan. Unos
se adelantaron y se retiraron creyendo que la acción se había suspendido,
además de haber observado un ambiente tenso. Otros, que traían el grueso de las
armas que se utilizarían en el asalto al cuartel, no logran llegar debido al
mal tiempo (intensa lluvia, mal camino, se les atasca el vehículo). Ante esto,
el grupo que logra llegar (Arturo Gámiz entre ellos) deciden iniciar el ataque
al cuartel como lo tenían planeado, confiando en que sus compañeros llegarían
para reforzarlos. El resultado fue desastroso. En el cuartel militar había más
soldados de los que normalmente había.
Arturo Gámiz García, Pablo
Gómez Ramírez, Oscar Sandoval Salinas, Emilio Gámiz García, Miguel Quiñones
Pedroza, Rafael Martínez Valdivia, Salomón Gaytán y Antonio Scobell Gaytán
cayeron en desigual combate: 15 guerrilleros mal armados contra 125 soldados
bien armados y entrenados.
Los sobrevivientes que
logran escapar continuarán luchando hasta el fin. Unos son capturados y
fusilados por el ejército. Otros se incorporan a otras guerrillas.
El ejemplo de Arturo Gámiz
será en los años 70’s referente para otros revolucionarios.
Más información en:
23 de septiembre de 1968: resistencia en el Casco de
Santo Tomás
4.- 1968 queda marcado por la masacre de
Tlatelolco. Pero 68 fue más que eso. Pretenden borrar toda la memoria de lo que
significó el movimiento estudiantil-popular. Intencionalmente el Estado busca
reducir esa memoria a la masacre para deslizar su mensaje: con el Estado no pueden enfrentarse.
El 68 fue una rebelión antiautoritaria, fue un movimiento en
el que no se permitió la intromisión de los partidos políticos y todo era
decidido desde las asambleas. Fue un movimiento que se mantuvo en contacto
directo con la población a través de las brigadas informativas. Vínculo que
tendió puentes de solidaridad con otras luchas, que generó la incorporación de
barrios, grupos obreros y campesinos y se extendió a casi todas las
instituciones educativas del país, incluyendo algunas privadas. El 68
trascendió años después en las insurgencias obreras, campesinas y populares y
en el surgimiento de organizaciones armadas en gran parte de la geografía
nacional.
Desde fines de julio y durante todo agosto de 1968, el movimiento estudiantil se mantuvo en ascenso, logrando la abierta solidaridad de amplios sectores de la población y la incorporación de algunos de estos, hecho que le dio el carácter estudiantil-popular.
Desde fines de julio y durante todo agosto de 1968, el movimiento estudiantil se mantuvo en ascenso, logrando la abierta solidaridad de amplios sectores de la población y la incorporación de algunos de estos, hecho que le dio el carácter estudiantil-popular.
Pero en septiembre se desató la contraofensiva gubernamental.
Al finalizar agosto, en la víspera del informe presidencial, fue desalojado el
zócalo de la ciudad de México, donde se había instalado un plantón que exigía
diálogo público. Para generar terror el Estado desató una ofensiva de ataques paramilitares
a los centros educativos, baleando, golpeando, secuestrando, torturando,
desapareciendo activistas.
Todavía el 13 de septiembre el movimiento logra realizar la
gran Manifestación Silenciosa, en medio de un contexto hostil, amenazante,
ominosamente anunciado en el informe: se utilizaría toda la fuerza del Estado.
El 18 de septiembre, en horas de la noche el ejército cerca
y toma la Ciudad Universitaria. No se presenta resistencia. Tras desalojar
todas las facultades, los estudiantes detenidos son humillados, obligados a tenderse en el
suelo y luego son transportados en vehículos militares a las cárceles y al
campo militar. Miles de detenidos. Así pretende el Estado someter y humillar al
movimiento. Pero días después, el 21 de septiembre en Tlatelolco y el 23 de
septiembre en el Casco de Santo Tomás, encuentra otra respuesta.
En el IPN, luego de la toma militar de Ciudad Universitaria, se acuerda
en las asambleas defender las escuelas, no entregarlas al ejército, no dejarse
humillar, resistir cuanto fuera posible. Con esta idea firme, el ingenio y la
creatividad de los estudiantes del IPN despliegan preparativos de
resistencia, de autodefensa.
No hay (o casi no hay) armas. Una que otra pistola sustraída del ropero
del abuelo o comprada a los aliados de los barrios que de manera natural apoyan
las batallas campales contra la policía, pues ellos igualmente son
brutalizados, extorsionados, detenidos arbitrariamente en las calles de la
ciudad. Pero nunca hubo un potencial de fuego comparable al de los granaderos y
el ejército.
Entonces ingeniosa, creativamente se arman con tubos que sirven de bazucas hechizas para disparar cohetones
(que no matan, sólo atarantan); arman ballestas
para disparar electrodos para soldar afilados en el esmeril, como saetas; mejoran la fórmula explosiva e incendiaria
de las molotov; fabrican hondas y resorteras para potenciar el lanzado de
piedras contra el enemigo; acopian aceite quemado en los talleres automotrices,
mismo que riegan en el pavimento circundante a las escuelas, para que al pasar
por ahí los transportes policíacos y militares, se multiplique la acción
incendiaria de las molotov.
Las que en otros momentos fueron brigadas informativas ahora se
convierten en brigadas de autodefensa. La brigada informativa requirió de
oradores. Las brigadas de autodefensa necesitaron de lanzadores con buen brazo y puntería.
Por supuesto todo esto fue manejado por los medios controlados para
presentar nuestra autodefensa como acciones de guerrilla urbana. En ese momento la idea central era la
autodefensa, la resistencia, el no dejarse humillar, la defensa de los
planteles.
Por autodefinición el movimiento se asumió pacífico. Pero ante la
criminal brutalidad de las fuerzas represivas sólo quedaba la disyuntiva:
dejarse pisotear o defenderse. La dignidad del movimiento hizo que
mayoritariamente la opción fuera la autodefensa.
Pasada la medianoche del 23 de septiembre, luego del combate callejero
contra la invasión policíaco militar que abarcó todo ese día, por fin el
ejército logró someter a la última escuela: la de Ciencias Biológicas, donde
aún después de que tanquetas del ejército derribaran la reja tubular, desde los
laboratorios y mediante un megáfono, los compañeros advertían a los soldados
que no intentaran entrar, pues les arrojarían cultivos de virus y bacterias que
les provocarían la muerte. Esto más bien como una táctica de combate
psicológico.
Así se escala la represión, se instaura de facto estado de sitio en la ciudad, hasta llegar al 2 de octubre, a la masacre de Tlatelolco. Durante la olimpiada la resistencia continúa desde los barrios, de manera semiclandestina. La huelga se sostiene hasta diciembre.
La defensa del Casco de Santo Tomás abonó a germinar en los estudiantes un espíritu rebelde que rebasa la aspiración democrática inicial y configura una postura radicalmente revolucionaria, que se expresará en la integración al pueblo, asumiendo que la revolución surgirá de los trabajadores en el campo y la ciudad. Surge también el imperativo del levantamiento. Ahora la disyuntiva es: armarse o dejarse matar.
Así se escala la represión, se instaura de facto estado de sitio en la ciudad, hasta llegar al 2 de octubre, a la masacre de Tlatelolco. Durante la olimpiada la resistencia continúa desde los barrios, de manera semiclandestina. La huelga se sostiene hasta diciembre.
La defensa del Casco de Santo Tomás abonó a germinar en los estudiantes un espíritu rebelde que rebasa la aspiración democrática inicial y configura una postura radicalmente revolucionaria, que se expresará en la integración al pueblo, asumiendo que la revolución surgirá de los trabajadores en el campo y la ciudad. Surge también el imperativo del levantamiento. Ahora la disyuntiva es: armarse o dejarse matar.
Surgimiento de la Liga Comunista 23 de Septiembre.
5.- En marzo de 1973 sobrevivientes
de diversas organizaciones armadas surgidas a consecuencia de las masacres del
2 de octubre de 1968 y del 10 de junio de 1971, considerando que las vías
pacíficas y civiles de lucha estaban cerradas, decidieron fundar la Liga
Comunista 23 de Septiembre. Ahí desde diferentes experiencias, compañeros de
Sonora, Sinaloa, Chihuahua, Nuevo León, Jalisco, Distrito Federal, Guerrero,
Oaxaca, Puebla, Estado de México, Veracruz y otras entidades se unieron en una
sola organización decidida a luchar por la revolución socialista. El nombre de
la organización lo adoptaron reivindicando a Arturo Gámiz como inspirador, por
esto mismo dieron nombre a su periódico clandestino: Madera. Y se
autodefinieron como marxista-leninistas, con el objetivo de luchar por el
comunismo.
Desde 1973 hasta
inicios de los años 80’s lucharon contra el Estado-capital. Se les consideró
como el enemigo público número 1 del Estado, luego de derrotar a la guerrilla de Lucio
Cabañas en el estado de Guerrero en diciembre de 1974.
“Guerra Sucia” se ha denominado a esta
época, en la que se cuentan centenares de ejecutados, centenares de
desaparecidos, miles de presos y desplazados. Fue en realidad una Guerra de Exterminio, no sólo contra los
combatientes de las organizaciones revolucionarias, también contra sus familias
y contra comunidades enteras en los casos de las guerrillas rurales. También
fueron blanco de esta guerra de exterminio los luchadores sociales, aunque no
tuvieran ningún vínculo con la lucha armada. Eran clasificados también como subversivos y potenciales aliados de la guerrilla.
La guerra
actual es contra el pueblo
6.- En otras formas, a otro
nivel, con otra máscara, esa guerra se ha reeditado en México. La llamada “guerra contra el narco” no es tal. Es
una guerra contra el pueblo. No
existe ya el fantasma del comunismo.
Ahora el pretexto es el narco. Pero ese no es combatido. El narco es parte y socio
del Estado. Sus grupos de sicarios hacen las veces de paramilitares para
aterrorizar a los pueblos que resisten contra megaproyectos de minería a cielo
abierto, presas hidroeléctricas, fracking y otros proyectos extractivistas. La guerra
entre los cárteles es por el control de plazas donde su socio y cómplice será
el Estado. En muchas partes los gobernadores, alcaldes, jefes policíacos y
militares son parte de la estructura criminal. Aunque ilegales, los cárteles
son empresas capitalistas, algunas son ya transnacionales. Productiva alianza
para el Estado.
De los miles de muertos,
desaparecidos, desplazados producidos por la mal llamada “guerra contra el narco” ¿cuántos
son narcos, militares o policías? Una ínfima minoría. La mayor parte de las
víctimas de esta guerra son gente del pueblo que no tiene nada que ver con el
narco ni con las “fuerzas del orden”,
son lo que cínicamente llaman “daños
colaterales”.
En este contexto, en la
simbiosis narco-estado, se da el 24 de septiembre de 2014, la desaparición forzada
de nuestros 43 compañeros de la Normal Rural de Ayotzinapa, en una acción
coordinada entre las policías federal, estatal y municipales, el ejército
federal y grupos criminales (Guerreros Unidos, Rojos, Ardillos), el gobierno municipal de
Iguala, el de Cocula, el gobierno estatal de Guerrero y el gobierno federal. Por
eso tanta mentira, encubrimiento e impunidad.
Sabemos que la verdad y la
justicia no vendrán del Estado. Estas, justicia y verdad, vendrán sólo de la
lucha del pueblo trabajador, de la acción de las familias, de los estudiantes
todos, de todas y todos nosotros, combatiendo en todas partes, de todas las
formas posibles al sistema Estado-capital. Acabar con el Estado es lo único que
hará posible impedir que se siga imponiendo el terror, el crimen, el despojo,
la explotación, el desprecio, la represión.
Colectivo
Azcapotzalco, adherente a la
6ª Declaración
de la Selva Lacandona
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